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Doctora venezolana que colabora en vacuna de Pfizer contra COVID-19

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Doctora venezolana que colabora en vacuna de Pfizer contra COVID-19

Doctora venezolana María Gabriela Becerra es egresada de la Universidad del Zulia y actualmente forma parte del equipo que lidera el desarrollo en fase tres de la vacuna de Pfizer y BioNTech.

En el noroeste venezolano, en tierras del estado Zulia, creció y se formó profesionalmente María Gabriela Becerra, una joven caraqueña de nacimiento, de valores inquebrantables y con un profundo amor por la cultura y la gastronomía de su tierra.

Maracaibo le brindó la oportunidad de estudiar Medicina en la Universidad del Zulia (LUZ) y en 2012 se graduó con el segundo mejor expediente de su promoción.

Becerra agradece a diario la educación y la formación que le brindó su país, asegura que los profesores venezolanos le enseñaron que puede saber lo que siente un paciente más allá de un examen, a veces con tocarlo y sobre todo escucharlo. Eso, está segura, no lo enseñan en ninguna universidad.

María Gabriela Becerra
Doctora María Gabriela Becerra

Al frente de equipo investigador

La venezolana, de 32 años, lideró al equipo que se encargaría de sacar adelante el estudio de la fase 3 de la vacuna, etapa en la que se debe reclutar a los voluntarios a quienes se aplicará una dosis para evaluar la reacción.

Su rol durante ese tiempo de estudio era velar porque los procedimientos fueran hechos como correspondía, y que los pasos se cumplieran a cabalidad, para así poder enviar los estudios y comprobar que la vacuna es efectiva, explicó Becerra.

“Desde niña pensaba en que quería salir de Venezuela porque quería tener la oportunidad de hacer algo que, aunque no fuese grande fuera lo suficientemente significativo para cambiar la vida de algunas personas, pero nunca pensé que esta gran oportunidad llegaría a mi puerta”, confesó Becerra en una entrevista vía Whatsapp a la Voz de América.

“Saber que mi equipo y yo estamos escribiendo la historia, cambiando la manera en que están funcionando las cosas, que le estamos dando una esperanza a la humanidad, es algo indescriptible y que me llena el pecho de orgullo”, agregó.

Esta experiencia, dice, se tornó muchas veces estresante por la gran responsabilidad que demanda la vacuna, y sentía que no solo era cumplir con las metas que pedía el laboratorio, sino también las metas personales: familiares, cumplirle a sus amigos y también al mundo entero que desea que esta vacuna funcione y esté lista lo antes posible.

“Sé que mi aporte ayudará a cambiar el mundo y eso es una mezcla de emoción, sentimiento y mucho compromiso”, dijo la investigadora.

El proceso de la vacuna es largo y complejo

El proceso y elaboración de la vacuna parece ser lento, pero realmente va muy rápido, explica Becerra. Una vacuna tarda aproximadamente entre cinco a 10 años en ser aprobada. Son diversas fases que llevan tiempo de trabajo, estudios, ensayo y error.

“Ahora no solo es la creación de la vacuna, sino que una vez aprobada hay que poner dinero para producirla; luego tienes que poner dinero para conseguir los pacientes, montar el estudio y todo eso toma tiempo y dinero”, comentó Becerra.

Añadió que “ya cuando se está en la fase tres que tienes todo recolectado el proceso para la aprobación, el uso de emergencia también tiene un proceso el cual se demora y esto el mundo entero debe saberlo y entenderlo”.

La doctora afirma que Pfizer está buscando una autorización de emergencia de la Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA), para el uso de su vacuna contra el coronavirus lo más pronto posible.

Pfizer y la compañía alemana BioNTech dijeron la semana pasada que su vacuna es 95% segura y que no hay preocupaciones por su seguridad.

Esperanzas de aprobación

El análisis de eficacia y de seguridad ya fue enviado por Pfizer para su evaluación en la FDA, que informó que posiblemente para el 10 de diciembre podría tener una respuesta positiva o negativa.

“La eficacia de la vacuna es de 95%, pero existe ese 5% que igual pone en riesgo a que una persona pueda contraer el virus. Este es otro objetivo de los estudios, que si eres de ese porcentaje que se contagia pese a tener la vacuna igual disminuirá la severidad de la infección”, dijo Becerra.