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Inmigrantes mexicanos reparten comida a trabajadores en tiempos de coronavirus

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Inmigrantes mexicanos reparten comida a trabajadores en tiempos de coronavirus
Francisco Ramírez mira por un agujero en una verja mientras busca una dirección para entregar una caja de comestibles a un hombre necesitado, el 18 de abril de 2020, en Queens, Nueva York.

Cada tarde, Sandra Pérez y Francisco Ramírez, dos inmigrantes mexicanos, repasan un listado de personas. Algunos se han contagiado de coronavirus, otros tienen varios niños y han perdido el empleo, otros son ancianos con discapacidades. Todos son inmigrantes, como ellos.

Tras revisar su lista, ambos mexicanos entran a un supermercado en el barrio East Harlem en Manhattan y compran arroz, verduras, cereales, sopas y fruta, entre otras cosas. Todo con dinero donado. Luego suben a un automóvil y conducen a Queens y el Bronx, aunque a veces a otros barrios, repartiendo bolsas de comida para un promedio de 15 familias por día.

Sandra Pérez (derecha) y Francisco Ramírez (izquierda) posan para una fotografía durante un reparto de donaciones, el 18 de abril de 2020, en Manhattan, Nueva York.

«Creo que si estamos bien físicamente, emocionalmente, entonces podemos ayudar a otros», dijo Ramírez, un jornalero de 52 años que solía hacer trabajos de construcción pero ahora le resulta difícil encontrar empleo debido a la pandemia de COVID-19.

Pérez y Ramírez forman parte de un creciente número de gente que se dedica de forma independiente a ayudar a la comunidad inmigrante que ha sido duramente afectada por la pandemia, pero que a menudo vive excluida de las ayudas del gobierno y de las organizaciones porque no habla inglés o debido a su estatus migratorio.

Francisco Ramírez (derecha) recibe el abrazo de una mujer que recibió una donación (centro) mientras Sandra Pérez le ofrece una bolsa con productos sanitarios, el 18 de abril de 2020, en Bronx, Nueva York.

La comida que reparten es una pequeña forma de aliviar el sufrimiento de cuidadoras de niños, empleadas domésticas y trabajadores informales que se han quedado sin empleo.

También ayudan a inmigrantes que solían trabajar en restaurantes, servicios de limpieza de oficinas, peluquerías y otros negocios que se han visto obligados a cerrar porque son considerados no esenciales por las autoridades del estado de Nueva York.

En Stamford, Connecticut, Erika Zamora ha estado distribuyendo comida del restaurante que maneja junto a otros y que se vieron obligados a cerrar.

«La gente aquí vive de cheque en cheque. Si uno se queda sin cheque, está en problemas», dijo la inmigrante mexicana de 41 años, que planea empezar a pedir donaciones.

En Delaware, Vladimir Rosales dirige una emisora de radio en español llamada La ZMX que ha estado recibiendo llamadas de inmigrantes guatemaltecos, mexicanos, salvadoreños, hondureños y de otras nacionalidades pidiendo comida.

Las tiendas de comestibles y los supermercados de las ciudades de Wilmington y Seaford le hacen donaciones a la emisora y Rosales pide a las familias que recojan las bolsas en la estación. También las reparte.

«Es muy triste. Hay gente que llama llorando», dijo.

El Instituto de Política Migratoria aseguró que un 20% de los trabajadores estadounidenses en industrias vulnerables a despidos son inmigrantes, a pesar de que éstos sólo representan un 17% de la fuerza laboral del país.

«Mucha de la gente que ayudamos ayer se estaba recuperando del coronavirus y casi no les quedaba comida», dijo Pérez, una madre soltera de 40 años que trabaja a media jornada para la ciudad de Nueva York. «Queremos concentrarnos en ayudar a los más vulnerables».

Con información de AP.